lunes, 9 de mayo de 2011

Tarea: La II República Española. Araceli Lorenzo.


La Segunda República española es el periodo comprendido entre los años 1931 y 1939, donde se realizaron una serie de reformas, contrarreformas y revoluciones. Algunos de estos acontecimientos llenaron de felicidad y esperanza a gran parte de la población, ya que supuso uno de los momentos de mayor renovación y modernidad de toda su historia.
En España, los intelectuales sabían que uno de los mayores problemas a que se enfrentaba la República era el analfabetismo de sus gentes. Por eso querían atajar de una forma contundente esta lacra. Así, muchos de los mandatarios republicanos junto a personalidades de renombre de la cultura se unieron en las llamadas Agrupación al servicio de la República creando las Misiones Pedagógicas dedicadas a difundir la cultura en las zonas rurales y erradicar el analfabetismo. La República sabía que eso no era suficiente. Una de las reformas más importantes en el tema de educación era, sin duda, la creación de escuelas estatales que pudieran ofrecer la misma oportunidad, para su formación, a todas las personas en edad escolar sin importar su condición ni su situación social y además dotarlas de maestros con mejoras salariales. A pesar de ser una buena idea, tuvieron que lidiar con el desacuerdo de la iglesia y de los sectores más conservadores.
Durante el Bienio Reformista (1931-1933) se pusieron en marcha una serie de reformas: La reforma militar, la reforma religiosa, la reforma agraria y la puesta en macha de los Estatutos de Autonomía. Todas, en mayor o menor medida, desencadenaron una serie de malestares que afectaron a todos los que de una u otra forma estaban implicados por ellas.
El 24 de enero de 1932 el gobierno comienza la reforma religiosa. Esta consistía en arrebatar, a la iglesia, el derecho de ejercer la enseñanza y en retirarle la paga que recibía por parte del gobierno, por ser España Republicana, un país donde el catolicismo había dejado de ser la única alternativa religiosa. Esta reforma, aun estando contemplada en la Constitución, provocó la enemistad de la iglesia con los seguidores de la República, pues para esta, el gobierno era un hereje de la doctrina cristiana. Máxime cuando por represalia a los discursos antirrepublicanos de ciertos cardenales, algunos miembros de las masas más radicales saquearon e incendiaron iglesias y conventos.
La reforma militar era necesaria, en España, tras comprobar el enorme desequilibrio existente entre el número de altos mandos y el poco cómputo que había de soldados en su ejército. En marzo de 1932, alegando estratégicamente la reforma como escusa, el gobierno jubiló de forma anticipada a generales sospechosos de guardar poca fidelidad a la República y de fomentar la ideología antirrepublicana, clausurando también en este proceso a La Academia Militar de Zaragoza. Esto último provocó que el general Sanjurjo intentara un golpe de estado y aunque este fracasó, la indignación no se calmó, dejándola aparcada para otro momento.
La puesta en marcha de los Estatutos de Autonomía Regionales solo le fue concedida a Cataluña. Aunque este proyecto estaba reflejado en la Constitución de 1931, no se le otorgó hasta el 9 de septiembre de 1932. Tanto el País Vasco como Andalucía no pudieron ver hecha esa realidad.
A lo largo de septiembre de 1932 La reforma agraria comenzó con la creación del IRA (instituto para la reforma agraria). En un principio iba a ser la solución de los problemas de los campesinos que pasaban hambre. Esta reforma consistía en la expropiación y posterior reparto, por parte del gobierno, de las tierras que no estuvieran bien explotadas, repartiéndolas más tarde, entre las personas que no poseyeran ninguna. Todo esto convirtió en férreos enemigos a los propietarios y a la República, como también, a los hombres del campo que estaban enemistados con ambos a la vez, ya que veían como se esfumaba sus ilusiones por cuestiones burocráticas. La lenta gestión unida a la impaciencia de los campesinos originó una masacre de varias familias campesinas, a manos de la guardia civil, tras ocupar indebidamente tierras en las Casas Viejas (Cádiz) lo que provocó la dimisión del presidente del Gobierno Manuel Azaña.
Habiendo aceptado el presidente de la República Niceto Alcalá Zamora la dimisión anteriormente referida y ante la difícil tarea de formar un nuevo gobierno, este opta por convocar nuevas elecciones. De este modo, da comienzo en España, tras ganar en las urnas, el Bienio radical-cedista. Nada más comenzar, esta coalición en su nuevo ejercicio dio un giro total a la política con el cese de casi todas las reformas comenzadas en el anterior bienio. Esta paralización junto al desacuerdo de la sociedad partidaria de ideologías de izquierdas fue lo que desencadenó la marcha para ponerles freno a su política de regresión y a las inevitables revoluciones que se produjeron en Oviedo y Cataluña en 1934. Más tarde, en 1936, tras los escándalos protagonizados por miembros del Gobierno Cedista y las innumerables huelgas por parte de los opositores, se convocan nuevas elecciones, consiguiendo mejores resultados el Frente Popular. Este nuevo gobierno no tardo en volver a poner en marcha las paralizadas reformas, suscitando de nuevo el desacuerdo político y social de la derecha más conservadora. La tensión entre la izquierda de postura revolucionaria y la derecha cada vez más fascista era cada vez más evidente, los enfrentamientos violentos y los asesinatos selectivos se sucedían simultáneamente. El comienzo de la Guerra Civil estaba a punto de comenzar.
Basándome en todo lo expuesto anteriormente, no cabe duda que la Segunda República llegó a España cuando esta aún no estaba preparada para recibirla. Creo que todas las reformas implantadas durante este periodo tenían tintes revolucionarios, ya que con ellas se produjeron unos cambios bruscos, de mucha intensidad en el orden político como en el orden social.
El sector religioso y al sector agrario fueron los que con más evidencia sufrieron ese cambio brusco, pues estos, de un zarpazo, perdieron privilegios otorgados desde tiempos remotos y que no estaban dispuestos a aceptar con resignación y sin lucha.
Otra de las reformas que por su gran envergadura en su planteamiento, me recuerda a los inicios de la Revolución Industrias, es la reforma educativa. Esta me parece revolucionaria porque fue sacada de cimientos, ya que en España prácticamente todo el monopolio educativo lo acaparaba la iglesia. Otra de mis razones es que con su llegada, cambió el concepto de lo que se conocía, por aquel entonces, como educación, ya que esta se modificó tanto en metodología como en recursos. No cabe duda que el Gobierno sabía lo que estaba gestionando, por eso cuando quiso llevar a cabo, tanto la enseñanza bilingüe como las escuelas mixtas, este no las presento a debate para así evitar la negativa de la iglesia y la oposición de los sectores más conservadores.











1 comentario:

  1. Has hecho una redacción donde se recogen todas las cuestiones planteadas en la tarea pero le has dado tu propio enfoque. Creo que, "como te dijeron a principio de curso", podrías escribir en cualquier periódico. Podrías ser una buena cronista.

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